El Desafío de la Neutralidad Espiritual: La Iglesia, la Política y la Postura de Cristo

Demasiados pastores juzgando a la feligresía por no haber “respaldado al ungido”. Daniel Marte, PhD.

 

En un mundo donde la política parece permear cada rincón de la sociedad, resulta preocupante observar cómo algunos líderes religiosos, pastores en particular, eligen alinear sus discursos y acciones con ideologías partidistas. Esta inclinación no solo desvía la atención de los principios espirituales fundamentales, sino que también corre el riesgo de dividir al pueblo cristiano, cuestionando la autenticidad de la fe de aquellos que no comparten sus inclinaciones políticas. En este artículo, analizamos las implicaciones de este fenómeno y reflexionamos sobre la postura que Cristo tomaría en medio de estas tensiones.

1. La Misión de la Iglesia: ¿Un Enfoque Espiritual o Político?

La iglesia, en esencia, tiene la misión de guiar espiritualmente a los creyentes y fomentar un entorno de amor, compasión y comunión con Dios. Cuando los pastores se alinean de manera explícita con partidos políticos, surgen varias preguntas importantes: ¿Se está priorizando la agenda política sobre la espiritual? ¿Qué impacto tiene esto en la percepción de la iglesia como un refugio de unidad y paz?

Los Evangelios muestran a Jesús como una figura que, si bien confrontaba las injusticias y abogaba por los más vulnerables, lo hacía desde una perspectiva que trascendía las ideologías políticas de su tiempo. Su enfoque era el reino de Dios, no el dominio político de un partido o de una agenda terrenal.

2. El Peligro de Polarizar la Fe

Cuando los pastores asumen posturas políticas, existe un riesgo latente de polarización dentro de la comunidad de creyentes. La salvación y la espiritualidad se convierten, para algunos, en temas condicionados por la afiliación política, creando divisiones innecesarias. Este fenómeno lleva a cuestionar la fe y la autenticidad de aquellos que no comparten las mismas posiciones partidistas.

  • Cohesión comunitaria: El pueblo cristiano debe ser un ejemplo de unidad y comprensión mutua. Cuando la política entra en juego, es común que surjan conflictos que fracturen esa unidad.
  • Cuestionar la salvación: Llegar al punto de dudar de la salvación de un hermano en Cristo debido a su postura política es un síntoma preocupante. No hay bases bíblicas para que la afiliación a un partido político determine la fe o la relación de alguien con Dios.

3. La Neutralidad de Jesús en Cuestiones Terrenales

El modelo de Jesús es un claro recordatorio de que, si bien las injusticias y los problemas sociales requieren acción, la iglesia no debe confundirse con una plataforma política. En Mateo 22:21, cuando le preguntaron sobre el pago de impuestos al César, Jesús respondió: “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. Esta respuesta refleja su habilidad para diferenciar lo temporal de lo eterno.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Dónde queda la postura que Cristo tomaría en medio de la politización de la fe? Jesús siempre actuó como un agente de amor, justicia y verdad, sin ceder a las presiones políticas de su época. Se relacionaba tanto con publicanos y fariseos como con samaritanos y pecadores, demostrando que su misión no era promover una facción política, sino el mensaje transformador del evangelio.

4. Consecuencias para la Comunidad Cristiana

La alineación política de los pastores no solo afecta la percepción de la iglesia en la sociedad, sino que también debilita la salud espiritual de la congregación. Los creyentes que se sienten presionados a adoptar una postura política para ser considerados verdaderos cristianos pueden experimentar confusión y desilusión.

  • Perdida de foco: La iglesia corre el riesgo de desviar su enfoque de la salvación y la enseñanza del amor de Cristo hacia debates y tensiones políticas que no contribuyen a su misión principal.
  • Tensión y división: En lugar de ser un espacio de reconciliación, la iglesia podría convertirse en un campo de batalla ideológico donde los miembros se enfrentan en lugar de apoyarse mutuamente.

5. Retomando la Postura de Cristo

La reflexión necesaria es volver a las raíces de la fe cristiana y recordar que Cristo mismo se enfocó en unir, en sanar y en llevar esperanza. Él no respaldó sistemas políticos ni ideologías humanas, sino que presentó un camino de verdad que confrontaba el pecado en todas sus formas y buscaba restaurar al individuo desde adentro hacia afuera.

Es una pena, en efecto, ver a pastores alejándose de la centralidad del evangelio para defender posiciones políticas. La invitación es a retomar la postura de Cristo, que trasciende los partidos y las ideologías y se centra en el amor, la verdad y la redención. La iglesia debe ser un faro de esperanza y un lugar donde las personas puedan encontrar paz espiritual, sin la carga de adoptar posturas políticas que nada aportan a la salud de su fe.

Este es el momento de reflexionar y de reenfocar la misión pastoral hacia lo que realmente importa: el fortalecimiento de la fe y la comunión con Dios y entre hermanos.