“La eficiencia sin compasión es solo contabilidad.” – Frase inspirada en reflexiones éticas de la administración pública.
Nos han querido vender una historia épica: la del líder que “lo dejó todo” por el pueblo, que se sacrificó por la libertad y que fue víctima de la traición. Pero si dejamos la emoción y miramos los documentos, la historia es otra.
Javier Jiménez fue parte del PNP por más de 20 años. Estuvo allí, en silencio, mientras se tomaban decisiones que afectaron al país. Solo cuando no recibió los puestos que quería en el gobierno de Wanda Vázquez, ni secretario de la Gobernación ni Contralor, decidió “despertar” y unirse a Proyecto Dignidad. ¿Convicción? No. Oportunismo político.
Y ahora, como si nada, lo presentan como un mártir.
Se habla de una “gestión intachable”. Pero los informes del Contralor de Puerto Rico dicen otra cosa. Aquí algunos hallazgos documentados en auditorías oficiales:
- Déficits presupuestarios reiterados.
- Uso indebido de fondos federales.
- Contrataciones sin subasta ni cotizaciones.
- Donativos ilegales.
- Participación política desde instalaciones públicas.
- Contratistas sin licencia.
- Obras multimillonarias sin utilidad (como el Centro de Bellas Artes).
- Documentos falsos aceptados de contratistas.
- Empleados usados sin autorización formal en entidades privadas.
- Tardanza en transferencias de fondos y controles deficientes.
Y sobre el famoso “superávit”… también hay que decir la verdad.
Sí, en algunos años fiscales el municipio cerró con superávit, pero ese dinero no salió de una gestión perfecta. En esos mismos años hubo hallazgos graves de mala administración. Además, un superávit no significa eficiencia: muchas veces refleja dinero que no se usó, no necesariamente que se usó bien.
Acumular fondos mientras hay servicios sin atender no es virtud: es abandono administrativo.
Un municipio no es un banco. Su razón de ser no es guardar dinero, sino atender a su gente. Si hay parques sin mantenimiento, carreteras intransitables, techos sin reparar, servicios ineficientes o comunidades olvidadas, guardar dinero en vez de responder es un acto de negligencia, no de excelencia.

Presentar eso como logro mayor, sin mencionar las fallas, es propaganda contable. Y no es la primera vez que alguien intenta vender esa imagen.
Ejemplos sobran:
A nivel local, exgobernadores como Pedro Rosselló y Ricardo Rosselló también se presentaron como administradores eficientes. Ambos terminaron sus carreras en medio de escándalos, mala planificación y abandono de servicios esenciales.
A nivel internacional, Mauricio Macri en Argentina y José Luis Rodríguez Zapatero en España también presumieron disciplina fiscal, pero sus gestiones se vieron empañadas por crisis de servicios, desempleo y descontento popular.
La historia nos recuerda que no se administra para Excel, se administra para el pueblo.
Y sí, en Puerto Rico hay ejemplos reales de buena administración sin superávit millonario, en distintos partidos políticos:
- Ismael “Titi” Rodríguez Ramos (PPD, Guánica): Alcalde desde 2021, ha enfocado su administración en la reconstrucción, desarrollo económico y asistencia directa a las comunidades tras los sismos.
- Christian Cortés Feliciano (PPD, Aguada): Alcalde desde 2021, ha promovido transparencia, rendición de cuentas y mejoras en servicios municipales.
- Ramón Luis Rivera Cruz (PNP, Bayamón): Alcalde desde 2001, ha mantenido una administración consistente y ha convertido a Bayamón en un modelo en áreas como infraestructura, servicios públicos, recreación y educación municipal.
Estos alcaldes han invertido en la gente, no solo en los números. Y lo han hecho desde posturas ideológicas distintas, lo que demuestra que la buena administración no tiene partido, sino visión, compromiso y voluntad.
Y como si fuera poco, también hubo “profetas de dios” que aseguraron que él ganaría las elecciones y que haría historia. Historia hizo… pero no como esperaban.
No se trata de atacar. Se trata de no tragarnos narrativas construidas a base de misticismo, medias verdades y memoria selectiva. Si alguien va a presentarse como el salvador de la integridad, lo mínimo que se le debe exigir es transparencia, coherencia y responsabilidad por su propio historial.
La documentación oficial está disponible. No son opiniones. Son auditorías.
¿Quieres leerlas tú mismo? Aquí están los informes de la Oficina del Contralor de Puerto Rico sobre el Municipio de San Sebastián (dirigido por JJ durante los años auditados):
“Un presupuesto equilibrado no sirve de nada si los derechos y las necesidades del pueblo están desequilibrados.” – John F. Kennedy.
Nota aclaratoria:
Lo que aquí se presenta no es un ataque personal contra Javier Jiménez, sino un análisis crítico desde una perspectiva política y documental. En medio del debate público y electoral, es legítimo examinar las acciones, decisiones y discursos de quienes aspiran a liderar el país. Lo que se cuestiona no es su valor como individuo, sino la narrativa construida en torno a él, que lo presenta como un mártir o figura redentora, sin asumir su historial político. Este escrito se basa en informes oficiales y hechos verificables, y se enmarca dentro de un ejercicio de responsabilidad ciudadana.

 
			