En su columna “¿Quién lleva la bandera?”, Carlos Sánchez vuelve a presentar a Proyecto Dignidad como el abanderado exclusivo del conservadurismo en Puerto Rico. Según su narrativa, fueron los primeros, los más valientes, los más firmes… y ahora, todos los demás son simples oportunistas intentando robarse el crédito. Pero esa visión no solo es incompleta; es injusta con décadas de lucha previa y con los que aún siguen luchando hoy, desde muchos lugares.
Porque el conservadurismo en Puerto Rico no comenzó en 2019. Ni en un comité organizador ni en una papeleta. Comenzó en los hogares, en las iglesias, en las comunidades, en organizaciones civiles, en salones de clase y hasta en escaños legislativos donde, con o sin etiqueta de “proyecto”, hombres y mujeres valientes defendieron principios cuando no era popular ni rentable hacerlo.
Y los resultados hablan por sí solos:
Evidencias de acción conservadora y apoyo a organizaciones de fe (2000s–2020s)
- Ley de la Oficina de Iniciativas de Base de Fe (2001)
- Cuatrienio: Sila María Calderón (PPD)
- Estableció un marco formal para canalizar recursos y alianzas entre el gobierno y organizaciones religiosas.
- Permitió a iglesias y ministerios participar de proyectos de impacto social financiados por el Estado.
- Fondos y alianzas con organizaciones de fe (2000s–2020s)
- Administraciones de ambos partidos principales han canalizado apoyo a hogares cristianos de rehabilitación (como Teen Challenge, Casa Juan Bosco), escuelas de carácter cristiano y ONG dirigidas por iglesias.
- A menudo con la colaboración de organizaciones sin fines de lucro religiosas, no afiliadas a ningún partido político.
- Ley Núm. 10 de 2017 – Ley para la Libertad Religiosa en Puerto Rico
- Cuatrienio: Ricardo Rosselló (PNP)
- Protege a individuos y entidades religiosas contra coerción estatal.
- Legislada en respuesta directa a preocupaciones expresadas por líderes pastorales y constitucionalistas cristianos.
- Reglamento 9038 del Departamento de Educación (2019)
- Cuatrienio: Ricardo Rosselló/Wanda Vázquez (PNP)
- Resguarda la objeción de conciencia religiosa de estudiantes ante contenidos contrarios a sus convicciones.
- Fue respaldado por PR por la Familia, Alerta Puerto Rico y líderes pastorales, como parte de una estrategia articulada de presión social.
- Derogación del currículo con perspectiva de género (2017–2018)
- Iniciada por orden ejecutiva y ajustes administrativos.
- Lograda mediante la participación directa de coaliciones cristianas no partidistas, incluyendo Red de Pastores Unidos por Puerto Rico y Frente por la Niñez.
- Proyecto del Senado 950 (2018) – Protección a menores no nacidos
- Aunque no aprobado, fue el resultado de una alianza entre legisladores conservadores del PNP y grupos provida independientes.
- Fue defendido en vistas públicas por pastores, médicos provida y organizaciones como Puerto Rico por la Familia y Alerta Puerto Rico.
A todos estos actores, los que trabajaron, oraron, legislaron, protestaron, formaron, resistieron y construyeron, nuestro respeto. Muchos de ellos pusieron su confianza en un partido que prometía ser una verdadera casa para esos valores. Y muchos de ellos, a pesar de la desilusión con estructuras partidistas, siguen comprometidos con la causa, pero no con un club exclusivo ni con un bando inflexible.
Porque la meta nunca fue el poder por el poder. La meta es lograr que los principios se traduzcan en leyes, reglamentos, formación ciudadana, influencia cultural y política pública. Y eso, como he sostenido en otras ocasiones, requiere estrategia, alianzas y coherencia. No es suficiente gritar fuerte, hay que construir bien.
Por eso, es importante recordarle a quienes reclaman exclusividad moral que en este cuatrienio, y en anteriores, fueron muchas personas fuera de PD las que promovieron reglamentos, proyectos, leyes y debates cruciales para la causa conservadora. No lo hicieron por protagonismo. Lo hicieron porque entendían que el fin no es ganar un aplauso, sino hacer avanzar los valores en la realidad concreta del país.
Proyecto Dignidad no perdió fuerza porque el PNP le robó el mensaje. Lo perdió porque muchos dentro del mismo movimiento decidieron que era mejor callar errores, justificar arbitrariedades y levantar ídolos políticos como si fuéramos una secta y no un proyecto serio. El discurso se gastó porque los hechos lo desmintieron.
Ronald Reagan, a quien tanto citan, también dijo:
“No puedes ayudar a los pobres destruyendo a los ricos. No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.”
Y yo añado: no puedes fortalecer un movimiento conservador destruyendo a los que lo formaron contigo, solo porque no te rinden pleitesía.
La bandera no le pertenece a un solo grupo. Le pertenece a todo aquel que trabaja por el bien común con principios. La llevan los que actúan, no solo los que escriben. Los que unen, no los que purgan. Los que construyen, no los que excluyen.
Hoy, la causa conservadora se sostiene no por un partido, sino por la fidelidad de gente común que no se rinde, no se vende y no se encierra en bandos. Personas que desde sus plataformas, medios, ministerios, educación, activismo, comunidad o servicio público, y sí, partidos políticos, siguen aportando con visión, sin fanatismos.
Así que no se trata de quién gritó primero. Se trata de quién sigue trabajando sin cansarse, sin necesidad de reconocimiento ni banderas propias. Porque esto no se trata de golpes al aire.
Esto se trata de resultados. De país. De coherencia.
Les exhorto a leer: Estrategia, Alianzas Y Coherencia: ¿De Qué Está Hecha La Política?

 
			